Entre la vida y la muerte

Cruzamos las vías del tren, no oímos el tren pasar. Y sin pensarlo ella me siguió, y arriesgué su vida. Julie pasó antes y yo me quedé atrás. Vi como me miraba fijamente y gritaba que saltara, que venía el tren. Me giré y vi como el tren venía hacía mi. No escuchaba nada, pensaba que esos segundos eran los últimos de mi vida. Pero de golpe en milésimas de segundo vino ella y me empujó con toda su alma. Me caí y tenía la cabeza debajo de el otro tren, Julie estaba paralizada, pensaba que el tren me había llevado y que mi cuerpo estaba destrozado, pero me vio en el suelo y empezó a chillarme como nunca me había chillado. Yo tenía algo encima mío que me impedía levantarme. No tenía fuerzas para hablar, tampoco para mover las manos ni las piernas. Julie corrió para levantarme. Ella me salvó de el otro tren que estaba casi encima mío. Sin pensarlo me cogió. Intenté correr con todas mis fuerzas y mirar que ella estuviera bien. Solo había un susto. Un gran susto. Tarde en reaccionar, pensaba que estaba soñando. Sinceramente no sé que tenía en la cabeza. Cuando subimos en el tren todo el mundo pensaba que el tren nos había llevado a las dos, pero ahí estábamos. Las dos estábamos asustadas, ambas habíamos sentido la muerte. Sentíamos como vino. Y como se reía mientras yo estaba debajo. Pero lo que la muerte no planificó es que mi otro pequeño ángel vendría a rescatarme. Nos reímos de mala manera. Y quizás estará rabiando de la rabia. Pero me da igual. Me siento orgullosa de mi prometida y de mi pequeño ángel. Sin ellas yo no estaría aquí escribiendo. Ni tampoco podría respirar. Que alguien de la vida por ti no tiene precio. Que alguien te siga aún y así sabiendo que sufrirá y que puede llegar a morir. Ya puedo sentirme orgullosa de ella, y cuidarla tal y como se merece. Como una marquesa.Como mi propia vida. Como mi ángel de la guarda. Como la mujer que nunca voy a tener en la vida. Doy gracias por haberte encontrado. Y sobretodo por la gran oportunidad de amarte como te mereces. Te amo il mio angelo