lunes, 2 de julio de 2012

Starry night

En una noche estrellada sentada en el suelo observando la luna vi como algo cambiaba de mi. Estabas tumbada a mi lado. Con tus labios pintados de carmín y los ojos cerrados. No decías nada. Completamente callada. Te acariciaba el rostro. Mientras la luna llena iluminaba todo tu cuerpo. Te hablaba. Pero tu no contestabas. Tenías una sonrisa dibujada en la cara, quién sabe porqué. Una melodía se repetía en mi cabeza, esa pieza de piano que tanto te gustaba tocar. Que tanto te gustaba enseñarme. Lágrimas caían de mis mejillas. Era duro vivir así. Maldita y dulce melodía. Que dulce y tan triste a la vez. Cada segundo que pasaba mi pecho se iba encogiendo, tenía ganas de irme corriendo, pero no podía dejarte sola. Abandonada. Jamás se me pasó por la cabeza salir corriendo de ahí. Para mi abandonarte es abandonarme a mi misma. Es algo que no puedo explicar, me siento atada a ti. A tu voz. A tu respiración lenta y tenue. Que bella eres. Repetía y repetía. Te mojaba el rostro para observarlo mejor. Iba con mucho cuidado para no causarte ningún dolor. Te acariciaba cómo si fueras una muñeca de porcelana. Creía que no volvería a verte, y eso me mataba por dentro. Y sigue matándome como aquél día. No soporto la idea de perderte. Lo siento pero no puedo, pídeme lo que quieras, pero eso no.. Porque no puedo dejarte ir así como así..

No hay comentarios:

Publicar un comentario